EN TIERRA HOSTIL
Kathryn Bigelow, 2009.
(The Hurt Locker)
“Detrás de las adicciones”
Copyright © 2008 Voltage Pictures, First Light y Kingsgate Films Production |
La película de Kathryn Bigelow,
nos introduce en el sórdido mundo de un adicto a la adrenalina, escondido en un
uniforme militar, bajo la arriesgada tarea de desactivar bombas. Will James no
encuentra complacencia en los halagos de sus compañeros ante el valor que
demuestra al inhabilitar explosivos; tampoco le importa o al menos no recapacita
que con sus improvisaciones no solamente arriesga su vida, sino también la de
sus compañeros; al sargento mucho menos le interesa haber cumplido con su
servicio y volver a su patria sano y salvo como todo un héroe listo para
anexarse a la sociedad y regocijarse con su familia; lo que realmente desea es
seguir arriesgando su vida desactivando bombas, volver a sentir un poco más, y más, esa desbordante descarga de electricidad que
le circunvala el cuerpo y que por unos instantes lo complace más que cualquier otra
cosa. Como cualquier otro drogadicto.
La película empieza con la frase: “la guerra es una droga”, del periodista
Chris Hedges, pieza fundamental
sobre la cual Bigelow enarbola su
obra. Más bien el conflicto, el roce, la pelea, la trifulca, el enfrentamiento,
actividades extremas en la que arriesgamos la vida, que de alguna u otra manera nos exaltan, nos hacen truncar el miedo
por mero instinto de sobrevivencia, esas actividades nos dan la clave para descifrar este film. El mecanismo natural de
autodefensa consiste en desbordar químicos por los torrentes sanguíneos hasta
los nervios, para hacernos reaccionar ante una eventual amenaza. Esa reacción, inquietante, intimidante pero muy placentera ha sido altamente instrumentalizada
desde tiempos remotos por los planeadores de las guerras, y de ahí proveerle la
experiencia bélica a un proclive al exceso, (persona de clase baja e inculta o simplemente un desocupado)
les dará sanguinarios guerreros que de manera camuflada, satisfacen sus ansias y
apetitos todo bajo lo absurdo de lo legal, de lo permitido, del serio
cumplimiento del deber de un ciudadano muy comprometido con su patria.
Los
narcotraficantes, los manipuladores del azahar, los proveedores de placeres de
toda índole, los que venden violencia, la nota roja el amarillismo, todos los
que prosperan a cuestas de nuestras debilidades, de nuestras ignorancias, de
nuestra falta de afecto, familia y cultura, conocen muy bien lo que nuestros
cuerpos por naturaleza nos proveen para nuestra existencia y supervivencia, de
nuestra parte esta lograr interpretar y descifrar quien o quienes se fortalecen
de nuestros reveces y desaciertos, de nuestra falta de temple, sino seguiremos ciegos y podridos en las
cestas de basura que nos proporcionan como habitad los que nos venden ilusiones y sueños superficiales,
tal y como nos relata la muy acertada Kathryn,
de un ejército de jóvenes muy temerosos de perder la vida, exhaustos de tratar de sobrevivir día con día, sin
tener muy claro del porque se encuentran en ese desolador desierto, vistos como
invasores, en medio de tanta incoherente violencia.